domingo, 12 de febrero de 2017

P A N C A S E R O

  Hola de nuevo mis querid@s gourmets y bienvenidos un día más a mi blog! Hoy os traigo una de esas recetas del alma que aprendí de mi familia: una receta básica de pan casero. Si nunca habéis amasado pan, es hora de intentarlo!
  Mis últimas vacaciones las pasé con mi familia. En pleno invierno, y con 15 grados bajo cero poco ocio te queda por hacer fuera de casa. Pero yo soy muy casera y no desespero. Así que cocinar con mi madre y mi hermana, con mi abuela y charlar hasta las tantas, fue la mejor manera de comenzar este año!
  Pero a lo que hemos venido: el pan! Yo también pensé "de este agua no beberé" hasta que me puse a amasar. Es muy divertido y satisfactorio comer tu propio pan, os lo aseguro. Hay muchas recetas, clases de cereales, sabores diferentes, dulce o salados para hacer pan casero, pero comenzaremos por dominar la receta base, y a partir de ahí el resto será pan comido, nunca mejor dicho!
  Una temperatura cálida y constante es fundamental, al igual que buena harina y un puñado de paciencia. Así que sin más preámbulos, a por los delantales y a la cocina!


Ingredientes:

-1kg harina blanca de buena calidad
-25g levadura de panadero (fresca)
-1 cucharada de azúcar
-1 cucharada de sal fina
-1 huevo
-aceite de oliva virgen extra de buena calidad
-agua calentita (la cantidad os lo dirá la masa a medida que amaséis)


Modo de preparación:

  En primer lugar disponemos nuestra harina en un bol o cuenco grande y hondo. Hacemos un pequeño hueco en el centro de la harina y allí vertemos la levadura disuelta en un vasito de agua calentita en el que también añadimos una cucharadita de azúcar. Tapamos con harina (espolvoreando), luego cubrimos el bol con un trapo limpio de cocina y dejamos que nuestra levadura fermente hasta doblar su masa durante unos 15-20 minutos, dependiendo de la temperatura que tenga nuestra cocina. Veréis que la harina con la que habíamos cubierto la levadura comenzará a resquebrajarse.
  Entonces comenzaremos a amasar. Añadimos un huevo y una cucharadita de sal sobre la levadura y con las manos limpias amasamos añadiendo agua caliente hasta que toda la harina se haya incorporado. Veréis que la masa estará pegajosa; seguiremos amasando incorporando aceite de oliva poco a poco hasta que la masa quede homogénea y maleable.
  En nuestra superficie de trabajo (yo uso la encimera de la cocina) espolvoreamos harina y seguimos amasando, añadiendo aceite si hiciera falta. Una vez la masa tiene la consistencia deseada, yo le doy unos golpecitos dejándola caer sobre la superficie de trabajo; y aunque esto os suene raro, le dará esponjosidad a la masa. Palabra de chef!
  Os saldrán dos hogazas de esta masa, así que repartid la masa en dos bolitas y cubridlas con un paño limpio de cocina. Precalentad el horno a 200ºC. Dejad que doble su volumen unos 30 minutos.
  Si disponéis de una olla de hierro fundido, untadla con un poquito de aceite de oliva, suficiente para que no se os pegue el pan y dejadla unos minutos en el horno para que se caliente. Colocad dentro vuestra bola de masa y hacedle un corte en forma de cruz; espolvoreáis el pan con harina y tapáis la olla con su tapa. Pasad la olla tapada al horno unos 30 minutos. Pasado ese tiempo, quitad la tapa y seguid horneando otros 30-40 minutos o hasta que vuestro pan esté listo.
  Podéis sacar la hogaza de la olla y dejar que se enfríe sobre una rejilla o paño de cocina. Habréis obtenido una hogaza preciosa, esponjosa y crujiente que aguantará casi una semana. Y vuestra cocina olerá divinamente, eso os lo prometo!
  Esta fue nuestra receta de hoy, y espero que os haya divertido muchísimo hacer vuestro propio pan. Gracias a todos por leerme, os veré en la próxima receta pero hasta entonces, cocinad y sed felices!

















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